Como consecuencia de este accidente, mueren tres personas, el maquinista Ríos, un fogonero y un guarda. Según las crónicas de la época, el hecho se produjo por un mal diseño de la locomotora pero sumado a esto, la deficiencia en las instrucciones que recibían los maquinistas y la falta de preparación por parte del Trasandino.
Tiempo después la locomotora accidentada fue recuperada en los talleres de Los Andes y siguió en servicio como la Nro. 3350, por lo menos hasta el año 1960, quizas incluso unos años más. Por esos años sufrió daños de consideración y se decidió no autorizar su reparación, dado que ya estaban recién llegadas las locomotoras eléctricas tipo 200.
Hoy día aún sigue comentándose que la Esslingen Nro. 10 (nombrada originalmente Nro. 9), se encuentra bajo tierra y piedras a pocos metros de la Quebrada de San Francisco, un deslave posterior al accidente la habría sepultado. Entre algunos circula la idea de que no pudo ser recuperada de la barranca y en diversas oportunidades se ha organizado su búsqueda con equipo especializado, sin ningún éxito. Pero una reconstrucción de los hechos mediante las fotografías permite confirmar, que la Esslingen Nro. 10 en la década de 1940 sale del túnel internacional en dirección a Caracoles. Otras fotografías posteriores muestran a la Nro. 10 arrumbada en Los Andes donde finalmente fue desmantelada y convertida en chatarra.
Debajo, un documento interno del F.C.T.C. informando sobre el accidente del 18 de septiembre de 1910.
Lamento informar que ayer el tren en funcionamiento Nº3, Locomotora Nº10, conductor Juan M. Ríos falló, volvió sobre las vías desde el km 59 al 56 donde descarriló, y rodó sobre la ladera destruyendo completamente los vagones argentinos Nº 8, 9 y 65; tres vagones de ganado y dos vagones de ganado de nuestra propia compañía. La locomotora Nº10 está completamente destrozada y probablemente ya no pueda volver a funcionar. Es seguro que los vagones y los vagones de ganado son irreparables.
El conductor Ríos murió, el fogonero quedó herido, así como un guarda. El accidente se debió a la ruptura de un perno del tubo de vapor en la caja de humo, que permitió que el hervidor se vaciara en la caja de humo quemando inmediatamente al conductor en la cabina.
Es imposible saber si se aplicó el freno en seguida, pero que estaba activado al momento del descarrilamiento es evidente ya que las ruedas evidencian muestras signos de haber estado trabadas un tiempo.
Es probable que habiendo tomado tanta velocidad antes de frenar, todo se destrozara al aplicar el freno, dado que el motor de cremallera entero fue destruido un tiempo antes de llegar al sitio de descarrilamiento.
Hay más de una parte en estos diseños alemanes (ambos Borsig & Esslingen) donde la vida de conductor y pasajeros dependen de un tornillo, confío en que usarán esto como una forma de señalar lo poco deseable de comprar futuros insumos en esa dirección. No hemos tenido más que ansiedad con estas locomotoras alemanas, mientras aquéllas construidas en otro lugar han cumplido el trabajo con menos de la mitad del mantenimiento y sin fallas.
Informacion rescatada del servicio de locomotoras y autocarriles en Los Andes (Chile).
Memoria del Ferrocarril Transandino
En el último libro de Luis Ríos Muñoz, se hace mención a éste accidente. Con la debida autorización del mencionado, transcribo parte del texto:
» A pocos meses de haberse puesto en funciones el Ferrocarril Transandino por Juncal, José María Ríos fue protagonista del primer accidente con consecuencias fatales que tendría este servicio en sus 74 años de existencia.
El convoy que manejaba el día domingo 18 de septiembre de 1910 con 5 carros rejas y 3 de pasajeros vacíos arrastrados por la locomotora número 10 entre Los Andes y la frontera, “en el kilómetro 59 (entre Juncal y Portillo) quedó instantáneamente la máquina sin manejo a causa de haberse roto el tubo de retención de vapor, causa muy difícil de prever, por lo que consideramos una gran desgracia imprevista”, señala una publicación del periódico La Restauración de Los Andes.
La Restauración en su información sobre el accidente ferroviario, añade que “el tren recorrió desde el kilómetro 59 hasta el 56,5, en donde la gran velocidad que traia le hizo saltar de la línea, viniéndose hacia el río, destruyéndose completamente el material con una pérdida aproximada de 300 mil pesos, pues será mui difícil aprovechar algo”.
Añade el periódico andino que “en este accidente hubo de lamentarse la irreparable pérdida del maquinista señor Ríos, el más antiguo i meritorio maquinista del Transandino, que falleció a causa de la explosión del vapor, el que lo arrojó fuera de la máquina estrellándolo contra un peñasco; el fogonero i un palanquero, que fallecieron a las pocas horas en el hospital de esta ciudad donde fueron traidos.”
“La empresa -dice la Restauración-, representada por el Sr. Mac. Ginnes ordenó que los funerales, tanto los de Rios como de los otros empleados, fueran exclusivamente de cuenta de la compañia». Termina indicando la publicación que “los del Señor Rios se efectuaron el lunes 19 en la tarde, asistiendo un numeroso acompañamiento, contándose en los jefes superiores de la Compañía i miembros la Sociedad de Artesanos e Industriales, a la cual había pertenecido, dejando de ser socio hará poco más de un año”.»
Autor: Ríos Muñoz, L.( 2022 ) Memoria del ferrocarril Transandino. Los Andes, Chile. email: luisrios@elandino.cl